
La presencia de ceras en las plantas es un hecho natural: muchas especies vegetales secretan compuestos cerosos para recubrir su frutos, hojas y tallos.
Compuesta principalmente por alcanos, ésteres y ácidos grasos de cadena larga (Kunst et al., 2008), la capa de cera sobre la cutícula de la fruta ayuda a proteger de la deshidratación y acumulación de humedad que pueda favorecer a la infección de patógenos.
En el procesamiento de frutos para la exportación, generalmente estos productos se lavan y esterilizan para para garantizar la inocuidad y evitar problemas con fitopatógenos en la postcosecha. La exposición a detergentes y desinfectantes, la fricción con escobillas y fajas, así como la manipulación manual pueden erosionar o eliminar por completo la capa protectora. Para restaurar los beneficios de este recubrimiento, la industria de las frutas utiliza ceras en las etapas finales de las líneas de packing para garantizar un fruto de calidad.
Impacto en la pérdida de peso
Las frutas cosechadas siguen siendo organismos vivos, lo que significa que las células que las componen siguen siendo metabólicamente activas, es decir, respiran, transpiran y sintetizan sustancias como pigmentos y compuestos orgánicos volátiles que confieren aroma.
Los recubrimientos poscosecha, como las ceras tradicionales a base de polietileno oxidado, retardan el intercambio gaseoso entre la fruta y el medio externo, así como la pérdida de agua de las células. Esto, junto con la restricción de la actividad del etileno (hormona de la maduración) en ciertas frutas, conlleva a que el producto conserve una vida útil más larga y se pueda comercializar más fácilmente.
Un efecto inmediato de estos beneficios es reducir la velocidad a la que la fruta pierde peso. Al comercializarse por unidad de masa, por lo que evitar la pérdida de peso es económicamente importante. Un ejemplo experimental del efecto de las ceras en este parámetro puede observarse en Huyen y Pankasemsuk (2018), en el que se reduce la pérdida de peso porcentual de naranjas aplicadas con diferentes concentraciones de ceras.
Fig 1. Pérdida de peso porcentual de mandarinas bajo distintas concentraciones cera y un tratamiento sin cera control en azul. (Huyen y Pankasemsuk, 2018).
Lectura recomendada:
¿Qué son las ceras para frutas y para qué sirven?
Prevención de enfermedades poscosecha
Los recubrimientos, especialmente aquellos mezclados con fungicidas, ofrecen también una barrera frente a la infección de patógenos que puedan adherirse a la superficie.
La contaminación por mohos, bacterias y otros fitopatógenos que genera la pudrición y deterioro de las frutas son las principales causas del desperdicio de alimentos, como sucede por ejemplo con las uvas en supermercados (Ramírez et al., 2020).
Si bien la eficacia de las ceras sintéticas y los fungicidas contra los patógenos postcosecha es incuestionable, sus repercusiones en la salud son cada vez más estudiadas y reafirmadas en la comunidad científica (Brandhorst y Klein, 2019; D’Aquino y Palma, 2019). Por este motivo, cada vez se intensifica más la investigación sobre recubrimientos y fungicidas inocuos que sean respetuosos con el medio ambiente. (Saleem et al., 2021; Sultan et al., 2021; Ma et al., 2021).
Fig 2. Porcentaje de fruta podrida en frutas sin aplicación (CK) y cera con nanoemulsión vegetal (Nanoemulsion) (Yang et al., 2021)
Life Cover® y Vital Cover: recubrimientos eco-amigables para la poscosecha
Bio Natural Solutions desarrolla, fabrica y comercializa soluciones poscosecha para la obtención de frutas de alta calidad sin la utilización de pesticidas sintéticos. Life Cover®, una cera orgánica certificada, y Vital Cover, cera vegetal a base de carnauba, son las opciones ideales para evitar el deterioro postcosecha de las frutas y permitir su llegada a destino sin correr el riesgo de exceder los límites máximos de residuos establecidos por las autoridades reguladoras extranjeras.
Bibliografía
Kunst, L., Jetter, R., & Samuels, A. L. (2008). Biosynthesis and transport of plant cuticular waxes. Annual Plant Reviews, 23, 182-215.
Huyen, N. T., & Pankasemsuk, T. (2018). EFFECT OF BEES, CARNAUBA MIXED WAX COATING ON SHRINKAGE PATTERN, WEIGHT LOSS, RESPIRATION AND SENSORY OF SWEET ORANGE CV. CANH. Pakistan Journal of Biotechnology, 15(4), 939-946.
RAMÍREZ, J. A., CASTAÑÓN-RODRÍGUEZ, J. F., & URESTI-MARÍN, R. M. (2020). An exploratory study of possible food waste risks in supermarket fruit and vegetable sections. Food Science and Technology, 41, 967-973.
Brandhorst, T. T., & Klein, B. S. (2019). Uncertainty surrounding the mechanism and safety of the post-harvest fungicide fludioxonil. Food and Chemical Toxicology, 123, 561-565.
D’Aquino, S., & Palma, A. (2019). Reducing or replacing conventional postharvest fungicides with low toxicity acids and salts. In Postharvest Pathology of Fresh Horticultural Produce (pp. 595-632). CRC Press.
Saleem, M. S., Anjum, M. A., Naz, S., Ali, S., Hussain, S., Azam, M., … & Ejaz, S. (2021). Incorporation of ascorbic acid in chitosan-based edible coating improves postharvest quality and storability of strawberry fruits. International Journal of Biological Macromolecules, 189, 160-169.
Sultan, M., Hafez, O. M., Saleh, M. A., & Youssef, A. M. (2021). Smart edible coating films based on chitosan and beeswax–pollen grains for the postharvest preservation of Le Conte pear. RSC advances, 11(16), 9572-9585.
Ma, J., Zhou, Z., Li, K., Li, K., Liu, L., Zhang, W., … & Zhang, H. (2021). Novel edible coating based on shellac and tannic acid for prolonging postharvest shelf life and improving overall quality of mango. Food Chemistry, 354, 129510.
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