
La atmósfera terrestre está constituida de diferentes gases que permiten mantener una temperatura ideal para la vida, por lo que es necesario que exista un equilibrio de la emisión de estos gases. No obstante, diferentes actividades humanas han ocasionado el aumento de la producción de estos gases provocando el llamado calentamiento global, una de las principales causas del cambio climático.
En las últimas décadas, el clima a nivel mundial ha ido cambiando rápidamente en comparación con el ritmo de las variaciones naturales del clima que se han observado a lo largo de la historia de la tierra, y se prevé que este seguirá cambiando durante este siglo y más. El crecimiento vertiginoso de la producción industrial en el mundo, acompañado del uso desmedido de los bienes naturales del planeta y el empleo de fuentes de energía no renovables como el carbón y petróleo, contribuyen al aumento de las emisiones de gases y por ende el aumento de la temperatura del planeta. Esto está provocando consecuencias irreversibles para el planeta, como el derretimiento de glaciares, el aumento de precipitaciones, frecuencia de eventos meteorológicos y modificaciones en las estaciones del clima.
Figura 1. Anomalías de la temperatura promedio global 1880-2022.
Según diferentes investigaciones, en las últimas décadas se han mostrado diferentes anomalías en la temperatura promedio global como consecuencia del cambio climático. En la Figura 1, se muestra que entre los años 1880-2022 las temperaturas medias anuales globales han ido incrementándose rápidamente, calentándose aproximadamente 1 °C.
Impacto del cambio climático en la producción de alimentos:
Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Minnesota señala que el cambio climático global ya está afectando la eficiencia de la producción de alimentos, así como la calidad a escala mundial. Esto debido a que los alimentos son altamente sensibles al clima, cambios bruscos de temperatura o eventos climáticos extremos como las sequías e inundaciones tienen efectos nocivos en el desempeño de las actividades agrícolas y ganaderas. La agricultura es extremadamente vulnerable a estas variaciones, el aumento en las temperaturas terminan por reducir la producción de los cultivos deseados, a la vez que provocan la proliferación de malas hierbas y pestes; mientras que los cambios en los regímenes de lluvias aumentan las probabilidades de fracaso de las cosechas a corto plazo y de reducción de la producción a largo plazo.
La consecuencias alimentarias frente a este fenómeno ha traído como consecuencia que los países en vías de desarrollo presenten una disminución en el rendimiento de cultivos más importantes de hasta un 13.4%, lo que a su vez está provocando un aumento en el precio de los alimentos. En 2021, el aumento de los precios de los productos básicos alimentarios fue uno de los factores principales que llevó a aproximadamente 30 millones de personas más de los países de ingreso bajo a padecer inseguridad alimentaria.
Ante el impacto del cambio climático en la producción de alimentos, es importante que se tomen medidas para mitigar los impactos, mediante el fortalecimiento de la resiliencia de los cultivos mediante la implementación de una agricultura de observación y la rotación diversificada de cultivos que permitan conservar la seguridad alimentaria, restaurar la salud del suelo y así minimizar los efectos potenciales del calentamiento global. Además, es importante reducir las cantidades de fertilizantes nitrogenados y fosforados utilizados empleando soluciones alternativas en regiones con deficiencia de nutrientes.
Referencias: