Nuestro camino hacia la reducción de desperdicios de alimentos
¿A quien no se le ha echado a perder las frutas?, ya sea por un mal almacenaje o por altas temperaturas, esa fue la situación que dio el pie para que pasemos de la idea a la acción.
Cuando surgió el deseo de querer resolver este problema, estábamos inmersos en un proyecto de investigación similar que consistía en la preservación de quesos. Implementar esta tecnología en las frutas, nos suponía un gran reto, pero tal fue el empeño en el desarrollo del primer prototipo de bioplástico, que cuando se nos dio la oportunidad de participar en el concurso “Primer Paso” dirigido a estudiantes de pregrado de la Universidad de Lima, logramos el primer puesto.
Después de este gran inicio, consolidamos la Startup a partir de fondos de Innóvate Perú iniciando en la etapa pre-semilla con el concurso nacional Startup Perú 5G en el año 2017.
Desarrollamos un prototipo de recubrimiento comestible y orgánico en base a residuos agroindustriales del mango, con la finalidad de mejorar la vida útil de la mandarina de exportación. Investigación la cual fue posible gracias al financiamiento del programa de Innovación para microempresas PIMEN de Innóvate Perú. Los resultados reportados por la empresa indican una reducción de los frutos podridos en un 55.3%, una reducción de cítricos bufados en un 60% y una disminución del índice de maduración de las mandarinas variedad W.Murcott a 48 días de almacenamiento simulando condiciones de exportación y anaquel (42 días en frío a 4ºC y 6 días a temperatura ambiente), lo cual haciendo un análisis de costo – beneficio se demuestran ahorros generados por la tecnología beneficioso para los exportadores de cítricos, como la mandarina.



Actualmente, en BNS contamos con 1 patente de invención en más de 10 países en el mundo y 2 más en desarrollo para el 2021, el cual se basa en la extracción de residuos de frutas tropicales.
Este trabajo tiene el soporte de distintos profesionales, que ha permitido a la empresa diferenciarse y posicionarse en un sector que puede llegar a ser muy conservador en el uso de nuevas tecnologías.
Sin duda alguna podemos ver que los aportes desde el campo profesional de la Biología intervienen tanto desde el punto de vista de la fitopatología como en la parte alimentaria para con la microbiología. Asimismo, desde la rama de la agronomía podemos ver el impacto de la aplicación en el campo de la postcosecha. También se encuentran profesionales de industrias alimentarias, principales partícipes del desarrollo industrial y de la calidad dentro del proceso alimentario, quienes aportan en la consolidación de la mejor caracterización de las principales cualidades del producto ya mencionado.
Pero este proceso no solo consta de mostrar el producto y los beneficios que conlleva su uso, sino también en concientizar y educar en temas como la eliminación del uso de fungicidas en postcosecha y de tecnologías sostenibles con el medio ambiente. Tarea ardua en un sector que puede ser muy tradicionalista con sus procesos de producción. Pero es justamente la posibilidad y oportunidad de tomar acción por la conservación de las frutas, lo que, llevado de la mano con expertos que son capaces de adoptar el uso de esta tecnología, han permitido que se incremente la cantidad de “semillas” en distintos campos productivos de aplicación, tales como: la palta, mandarina, limón, mango, jengibre y naranja.